Luigi Pisella, quien preside la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), ha manifestado su preocupación por la persistente rigidez de las sanciones internacionales y su repercusión en la economía del país. Pisella señaló que «no está planteada ni se ha escuchado nada sobre la flexibilización de las sanciones por lo que resta del año. Las condiciones siguen estando iguales».
El líder industrial enfatizó que estas sanciones han causado un impacto considerable en Venezuela, perjudicando directamente a la población. «Nos ha hecho muchísimo daño, pero muchísimo daño al país. Y los que sufren las consecuencias de esas sanciones, somos los ciudadanos», destacó.
Además, Pisella subrayó los retos que enfrentan las industrias para mantener los servicios esenciales operativos ante las restricciones impuestas. «Si bien tú quieres reparar un transformador o una fuente generadora, no se lo venden al gobierno, pero las condiciones las pagamos nosotros», aclaró.
El presidente de Conindustria también comentó sobre el impacto geopolítico de las sanciones, especialmente en el contexto del conflicto actual entre Rusia y Ucrania. «Después del acontecimiento entre Rusia y Ucrania, se volvió la mirada a Venezuela como productor de Petróleo para este hemisferio. Mantener estas asociaciones con las empresas productoras de petróleo nos favorece a nosotros, pero también favorece al mundo en la estabilidad de los precios del petróleo y en la estabilidad de surtir una fuente segura de energía», afirmó Pisella.
En relación con el gas, Pisella indicó que no se ha llevado a cabo ninguna discusión sobre la flexibilización de las sanciones relacionadas con este recurso. «Ese gas que se va a producir y transformar en Trinidad y Tobago tiene como destino final Europa, lo que trae cuestiones positivas», comentó.
«Nos ha hecho muchísimo daño, pero muchísimo daño al país. Y los que sufren las consecuencias de esas sanciones, somos los ciudadanos»
Luigi Pisella
Por último, Pisella resaltó la urgencia de distinguir la política de la economía con el fin de atenuar los efectos negativos en el país. «Queremos de verdad separar la parte política de la económica. Sabemos que influye, pero queremos que sea lo menos posible», concluyó.